“…el uso político de grandes pasiones humanas, como la venganza, la sumisión, el miedo, la envidia o el sexo.
No todos los sentimientos sociales son políticos. La vergüenza, el honor, la solidaridad, la compasión o la justicia son sociales, pero no estrictamente políticos. Tampoco lo son los sentimientos familiares. Sin embargo, deseos individuales y sociales han impulsado a los seres humanos a unirse en colectividades, que suscitaron nuevos sentimientos, esta vez políticos. Los atenienses se sentían orgullosos de su pertenencia a la ciudad, el ciudadano romano se sentía poseedor de derechos y se le inculcaba el sentimiento de que “es dulce morir por la patria”. Estas emociones específicamente políticas son las que me gustaría estudiar. La pasión es una realidad controvertida. Es una emoción intensa, duradera, que puede monopolizar la mente de una persona o de una colectividad y despierta enormes energías. De ahí su ambivalencia. Por una parte, la pasión puede cegarnos; por otra, sin pasión no se puede hacer nada importante. George Lakoff, distinguido psicólogo y lingüista de Berkeley, ha publicado The Political Mind, cuyo subtítulo es Por qué usted no puede comprender la política americana del siglo XXI con un cerebro del siglo XIX. La mayor parte de las decisiones políticas, afirma, se toman por motivos no conscientes por lo que es urgente conocer cómo trabaja realmente nuestro cerebro cuando se ocupa de esos asuntos.
Desde hace muchos años, los psicólogos estudian lo que denominan “estilos de atribución”. Simplificando mucho: algunos piensan que controlan su comportamiento, y otros creen que es el entorno social quien lo determina. Los primeros suelen tener preferencias políticas liberal-conservadoras, y los segundos, socialistas. Drew Westen, psicólogo político de la Universidad de Emory, ha publicado The Political Brain, un libro subtitulado El papel de las emociones en el destino de una nación. En el 2004 inició una investigación para saber cómo funciona el cerebro de los miembros de un partido. Concluyó que pocas personas se afilian tras un proceso racional. Sucede en política algo similar a lo que Keynes detectó en el mundo económico. Creía que su complejidad e imprevisibilidad hacía que muchas decisiones fueran tomadas por los animal spirits, es decir, por las emociones. Años después, el psicólogo Daniel Kahneman ganó el Nobel de Economía por decir lo mismo. Parece imprescindible saber si es posible racionalizar la pasión política sin perder su energía. Ilustrados ingleses y franceses dieron una curiosa solución. Oponían las “violentas pasiones políticas” a las “dulces pasiones del comercio” y recomendaban las segundas. Ya saben que me considero un “detective a sueldo” suyo. ¿Les interesaría que investigara este asunto? Pueden decírmelo en Joseantoniomarina.net

Un amigo que vive en España y al que ya invité a altolibre, me pide que divulgue esto.
En lo posible, ya sea Julian en el Blog de Montaner, en comentarios (sin mencionarme a mí directamente) , mencionen que el Correo de España, está enviando notificaciones por email a los ciudadanos para que «voten por correo», que no es necesario ir directamente a votar a las urnas el próximo 4 de Mayo donde será Ayuso (PP) contra Iglesias (Podemos-PSOE)…..
Esto apesta a fraude, del tipo realizado (en mis convicciones) en EEUU. Ayuso debe «BARRER» con Iglesia y Sanchez. No recuerdo ningunas elecciones anteriores en las que se haya hecho esto!!!!.
Los elecciones deben convertir los votos reales de la gente en resultados que digan quien gano…..pero si se hacen trampas (que no se como se hacen) los votos reales deben indicar una cosa, y los resultados…..lo que quieran los que manipulan el proceso….
España corre un riesgo cierto , a mi ver que en las elecciones de Madrid, Iglesias y su equipo comentan fraude, ya han aprendido en Venezuela y en USA (en mi convicción) como hacerlo….alerten al público como puedan.
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y las instituciones (CIS) preparando terreno para la victoria del PSOE:
https://www.lavanguardia.com/politica/20210316/6376055/psoe-pp-vox-cis-marzo.html
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Haz clic para acceder a 5._pasiones_pol%C3%ADticas.pdf
«Tal vez aceptaríamos que la política fuera el reino de las pasiones, por el indudable papel que en ella desempeñan. Pero lo más probable es que se las atribuyamos en exclusiva a los políticos o a sus partidos, que de modo más directo tienen que ver con el poder público y con su lucha por él, y sólo circunstancialmente a las masas, tal como se revela en ciertas manifestaciones multitudinarias. Solemos pensar también que las pasiones son en general nefastas y condenables o, al menos, sospechosas y que han de ser contenidas cuando no negadas por la razón. Y si especialmente en política sólo intervienen “bajas pasiones”, entonces una política democrática, que se pretende razonable y tolerante, no reservará lugar alguno para ellas. Enseguida veremos que varios de estos supuestos, tanto teóricos como fácticos, son erróneos o siquiera muy discutibles»
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No se ustedes pero yo lo extraño a lopecito ¿Alguien se pudo poner en contacto con él?
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Nadie tiene su email, ni el de Cubano ni el de José Luis ni el de otros. A mi también me gustaría verlos a todos por aquí, incluso aquellos con los que uno está en desacuerdo o tienen una forma peculiar de comunicarse con otros (por decirlo de alguna forma) como López, al que por supuesto extraño.
Pero lo único que se puede hacer es repetir de vez en cuando la invitación en lo de CAM. Opción que no me gusta mucho, pero no veo otra.
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Muy buen artículo amigo Manuel. Muy bueno y se agradece.
En lo único que difiero es en ésto: «algunos piensan que controlan su comportamiento, y otros creen que es el entorno social quien lo determina. Los primeros suelen tener preferencias políticas liberal-conservadoras, y los segundos, socialistas»
Pienso que los que creen que controlan su comportamiento (mediante su capacidad racional) son para mí los socialistas. Son los socialistas los que creen que es posible planificar en una «planilla de excel» todos los objetivos que consideran racionales sin dar el mínimo lugar a lo que pueden influenciar en el plan nuestras emociones e instintos. Justamente en esto al fin y al cabo estriban siempre los fracasos de los planes socialistas. Nunca se produce lo esperado justamente por la interacción de las pasiones en la ejecución de los planes.
Y al revés pasa con los liberales o conservadores, con el amigo Julián de ejemplo paradigmático que considera, como yo, que somos mucho más animales de lo que nos creemos (espero no estar equivocado de este concepto respecto al amigo Julián 🙂 ) y por tanto, cuánto menos te metes a programar o entrometerte, tanto mejor. De hecho es lo que mejores resultados da siempre que se ha usado está concepción de la política.
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Amigo Ramiro. Cuando los conservadores hablamos de «controlar el comportamiento, lo pensamos en términos de decisión libre del individuo, en todo caso potenciada por la educación. Cuando la izquierda intenta controlar el comportamiento, siempre piensa en una acción social, generalmente gubernamental, pues considera, como Marx, que es el ser social quien determina la conciencia y, por tanto, modificando la sociedad se perfecciona al individuo. Creen que el ser humano es esencialmente bueno y son las injusticias sociales las que lo desvían. Así que estoy de acuerdo en eso con el autor.
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Sin embargo, como la tendencia hoy en día es priorizar «cómo se siente alguien» respecto a algo en vez de qué es lo corecto, se está creando una generación de eternos agraviados y victimizados, sin gota de responsabilidad individual. Avanzamos hacia una sociedad que cada vez será más esclava de las emociones y las pasiones, creyéndose que son «más libres»
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Amigo Julián, entiendo su postura pero sucede que cuando se considera que el hombre es capaz de controlar su comportamiento lleva implícito la posibilidad de planificar para modificar e interferir sobre ese comportamiento para superar los problemas que surgen de la interacción comunitaria como las «injusticias sociales» que un sistema que no interviene provoca por defecto. A partir de ese momento comienzan los problemas.
Demás está decir que los que pretenden modificar ese comportamiento toda vez que se supone controlable son todas las variantes de izquierda.
En cambio el conservadurismo se basa, al menos así lo creo, en dejar que el comportamiento de los individuos sean los más «naturales» posibles. No buscar modificar el comportamiento y sí adaptar el sistema económico y político a ese comportamiento no controlable y simplemente tolerar lo que pueda derivar de ello como «injusto».
Es difícil explicar la idea pero básicamente puedo decir que cualquier idea que piense que se puede controlar el comportamiento humano y por tanto modificable de acuerdo a los objetivos previstos lleva inexorablemente al intervencionismo del Estado en todas las áreas posibles de observar.
Hay injusticias por desigualdad producto del comportamiento egoísta natural del ciudadano: pongamos impuestos y distribuyamos.
Hay delincuencia por culpa de una sociedad que no da oportunidades a un sector social: pues esa sociedad que es culpable de la exclusión debe cambiar su comportamiento y la víctima debe ser resarcida y surge entonces la mierda del garantismo.
Y la lista sigue.
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Moscoso está menos interesado en explicar las condiciones –políticas, económicas, sociales– que hacen posible la aparición de “emociones culturalmente significativas” que en preguntarse por el relato de esas emociones y por su tratamiento público. De esta forma, los cambios sociopolíticos se explican mediante las pasiones dominantes. Volviendo a Julien Sorel: su actitud es el reflejo literario de una actitud real, que a su vez constituye la expresión emocional del principio político de la igualdad.
https://www.letraslibres.com/espana-mexico/revista/una-historia-politica-las-pasiones
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, el psicólogo Daniel Kahneman no ganó el nobel por decir lo mismo que Keynes más bien por encontrarle aristas a la teoría de Adam Smith
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